Cuantificables. Deben medirse de la manera más conveniente según el objetivo. Por ejemplo: por porcentajes, números, binarios, afirmaciones o negaciones Sí – NO, etc.
Ambiciosos. Son retadores y motivadores. De esta manera sacan lo mejor de cada persona.
Personales. Son establecidos por la persona que los va a ejecutar. Si lo precisa su manager puede ayudarle.
En ningún caso son impuestos; siempre son acordados, aprobados o propuestos por.
Medibles. Miden el avance, sirven para visualizar el progreso.
No deben ser usados para juzgar, etiquetar a un colaborador que no los haya conseguido.
No son un método de evaluación, sino que se ubican dentro de una cultura del aprendizaje.
Simples y pocos. Son sencillos y simples.
En este sentido son ágiles.
Es mejor es establecer pocos, por ejmplo 3 objetivos por trimestre serían suficientes.
El máximo gira en torno a 5 por trimestre.
Necesitan:
Tareas claves. Demandan acciones y tareas que son determinantes para su consecución.
Ser comunicados. Los OKR deben conocerlos toda la organización.
Sirve para que el resto de equipos vean en qué van a trabajar otras áreas
permiten la coordinación de tareas y acciones para llegar a los objetivos globales del negocio.
Realizar un seguimiento constante.
Hay que seguir su desarrollo
Implantar y no perderlos de vista con un seguimiento semanal o periódico.
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