La empresa responsable y la cultura responsable

Una empresa responsable conoce los problemas de su comunidad y se involucra en la solución, aliviando en parte sus males y preocupaciones.

 

Una empresa responsable es sostenible porque genera valor a través de sus decisiones, impactando positivamente en el conjunto de la sociedad.

La empresa debe entenderse como una organización que tiene obligaciones económicas, pero también sociales. Como organización social está inmersa en un entorno en continua evolución. Su comportamiento debe estar en armonía con las exigencias legales y con las iniciativas sociales, asumiendo su responsabilidad social y valorando los efectos sociales de sus decisiones (Garcia Echevarria, 1982).

Como entidad social necesita aspirar a servir y a mejorar la sociedad, sin ocultar que gana dinero, el mismo que redunda en puestos de trabajo y en mejoras para la sociedad y su personal. La responsabilidad social de una empresa debe ser externa e interna.

Una empresa responsable es sostenible cuando genera valor a través de sus decisiones, impactando en la economía, medio ambiente y sociedad.

Las empresas necesitan volcarse a la sociedad y empezar a trabajar en responsabilidad social. Para ello, la cultura de servicio debe estar en el ADN de sus fundadores y ser secundada por todos sus directivos.

Las empresas responsables integran en su cultura la RSE como filosofía de gestión. Pero repasemos antes el concepto de cultura.

La cultura está conformada por la forma ser y comportarse de una organización. Es decir, por los estilos de liderazgo, comunicación, políticas, normativas, credos y valores.

La cultura empresarial es la causante de todo lo que ocurre en cualquier entidad.

Una cultura desfasada es  debil y cerrada, se despreocupa de la sociedad; no dispone de  políticas de comunicación, tiende al secretismo,  su propuesta de valor al empleado es pobre, adolece de políticas de desarrollo personal, reconocimiento, entre otros proyectos de bienestar al empleado. Sin embargo una cultura fuerte está anclada en sus valores en su idendidad y se muestra abierta a las tendencias que impone  el entorno , escucha y atiende las demandas de la sociedad.

La tendencia actual: la RSE

En tiempos difíciles y de adversidad, la sociedad como expectadora y juez quizás se pregunte ¿cómo afrontan las empresas y sus empleados los nuevos retos y desafíos? Es en esta tesitura donde renace la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la cual se focaliza en velar por el bienestar y las condiciones laborales de sus trabajadores.

Es indudable que en estos tiempos es muy difícil hablar de crecimiento económico, pero  preservar los puestos de trabajo  así  como  proteger la salud de los trabajadores debe ser la prioridad. Desde esta visión es clave que las empresas lleven a cabo acciones para la prevención, tales como la información, la formación, la digitalización de servicios y el teletrabajo

Ramón Pueyo desde su artículo Buen Gobierno y RSC (2020) explica que en los últimos años hemos asistido a un creciente compromiso empresarial con la sostenibilidad y la responsabilidad social.  La sociedad y el tejido empresarial en general se han visto en la disyuntiva de actuar con responsabilidad  como consecuencia de la convicción, de la coacción y de la conveniencia.  Ante una crisis como la actual la convicción, el deseo de hacer las cosas bien simplemente porque hay que hacerlas bien, pasa a un primer plano. Más allá de dar respuesta a las necesidades fruto de la emergencia, compromiso social significa hoy hacer sacrificios para preservar empleos y salarios, especialmente de las capas más débiles de la población.

En definitiva, una empresa  refuerza su cultura responsable  cuando se mantiene atenta para resolver en la medida de lo posible, los problemas y las demandas de su comunidad como parte de su estilo de gestión.