Promover la creatividad en el día a día: 8 normas

En esta lección podrás conocer cuales son las 8 normas y cuestiones a tener en cuenta para poder promover la cultura innovadora.

La  creatividad es la antesala de la cultura innovadora. Es necesaria para que se generen las ideas. Se trata de crear un ambiente adecuado y estable en la empresa que permita que de forma natural la creatividad fluya constantemente. Resultado de imagen de creatividad

Si queremos llegar a ser una empresa innovadora, antes de pensar en cómo gestionar las ideas, tenemos que hacer que surjan, pensando en el cliente.

Necesitamos ponernos en sus zapatos para comprender por qué y para qué compra nuestros productos o servicios y ver la compra desde su posición. Hay que pensar en el proceso de compra, cómo interactúa con el producto o servicio, etc.. 

¿Qué podemos hacer para hacer realidad la cultura innovadora?

Nosotros te recomendamos las siguientes acciones:

  1. No criticar las ideas ni las opiniones de ningún miembro del equipo.

    1. Los adultos tenemos una baja tolerancia al ridículo. Vivir una experiencia bochornosa puede dañar la autoestima de la persona y sus relaciones dentro del entorno en el que ha tenido lugar. Muchas veces nos guardamos nuestras ideas por miedo a que no sean suficientemente buenas o a que parezcan ideas ingenuas o tontas. Si nuestras ideas reciben críticas, no volveremos a compartirlas.
  1. Escuchar de forma activa las propuestas que los colaboradores hacen a la dirección y poner medios de comunicación adecuados para que la información fluya tanto vertical como horizontalmente. 

    1. La creatividad nace del entusiasmo, del deseo de aportar, de crecer y compartir. Si reflexionamos acerca de nuestra propia vida, veremos que las mejores ideas se nos ocurren cuando pertenecemos a un grupo social con el que podemos compartir un proyecto y crecer. Las ideas germinan cuando hay ilusión, entonces surgen sin esfuerzo junto con una gran cantidad de energía enfocada a llevarlas a cabo. Si no somos escuchados, si no existe una vía de comunicación que nos permita compartir esa idea, ésta no se genera o se corta inmediatamente, no sólo porque existe un impedimento en la comunicación de la idea, también porque en esas circunstancias no existe el sentimiento de pertenencia.
  2. Eliminar de todos los que forman parte de la dirección y de los mandos intermedios cualquier actitud excesivamente controladora, malos modos y cambios de humor injustificados.

    1. La creatividad llega de la mano de la motivación. Nos sentimos motivados cuando nuestras expectativas se cumplen. Para comprender su influencia vamos a recordar la pirámide de las necesidades de Maslow. En la cúspide está la autorrealización, seguida de las necesidades de reconocimiento, afiliación, seguridad, y en la base las necesidades fisiológicas. Sólo reconociendo que todas ellas son verdaderas necesidades, podremos comprender la respuesta de nuestros trabajadores ante el ambiente en general y ante las actitudes negativas de algunos puestos de mando en particular. Estas actitudes atentan contra nuestras necesidades de autorrealización, reconocimiento, afiliación e incluso contra las de seguridad. Cuando nuestros jefes son controladores y tienen mal humor, lo primero que pensamos es que no tendremos trabajo durante mucho tiempo. No fluyen nuevas ideas en trabajadores con un estado de ánimo de nerviosismo e incertidumbre. No hay mejor método que éste para que un colaborador comience a tener bajas por ansiedad, deje de implicarse y finalmente pase más tiempo pensando en lo que hay más allá de las paredes de la oficina.
    2. Además, las reacciones soberbias, los límites excesivos y los malos modos, rompen la unidad y dividen. Las personas aportamos nuestras ideas con quienes compartimos un futuro común, porque pertenecemos y queremos seguir perteneciendo. Cuando hay división poca gente está dispuesta a ayudar. 
  3. Eliminar todas las normas que no tengan un sentido práctico y funcional

    1. La creatividad no podría existir en un ambiente controlador y con normas que no tengan una justificación lógica. Volviendo a la pirámide de Maslow, recordemos que tenemos necesidades de reconocimiento. Las normas no justificadas no las pueden satisfacer, ya que son percibidas como castigos o falta de valoración. Además, crear requiere salirse de las normas. Si la norma dice que todas las gorras que fabricamos han de ser verdes, nadie propondrá que las podemos hacer rojas. Un ambiente creativo es un ambiente de libertad.
  4. Valorar de forma positiva las aportaciones y sugerencias, independientemente de su utilidad.

    1. La creatividad se compone de ideas que podemos considerar caminos y métodos para llegar a un objetivo.    En la empresa los objetivos son indicados por la dirección, pero también pueden ser propuestas de un equipo o de cualquier colaborador. Sea cual sea su origen, con toda seguridad habrá muchas “malas ideas”, o mejor dicho, muchas ideas inviables o que sencillamente no aportan soluciones para alcanzar los objetivos de la empresa. Debemos empezar a pensar que no existen malas ideas. Las grandes ideas aparecen entre muchas que no podremos utilizar y normalmente son variaciones de aquella que inicialmente parecía una locura. Si no hacemos un esfuerzo por escucharlas todas, las mejores se perderán. Para evitar que la generación de ideas se convierta en una distracción constante para los más entusiastas, podemos organizar reuniones que nos sirvan para motivar y capturar esas ideas en momentos concretos. Existe una gran variedad de métodos que nos ayudarán a dirigir una reunión creativa que nos proporcione decenas de ideas en una sola sesión. Algunos de los métodos más conocidos son “La tormenta de ideas o “Brainstorming” y  la dinámica de “Los seis sombreros para pensar”, pero existen muchísimas más. 
  5. Valorar las ideas y aportaciones de la plantilla por igual. No debe haber diferencias en el trato.

    1. Las ideas de todos valen por igual. Esta tarea de reconocimiento es verdaderamente difícil porque tenemos prejuicios e incluso preferencias por simpatía. Las ideas no dependen del carisma, el rango o las características personales. Un empleado que aporta ideas está demostrando su implicación. Puede que su idea no resulte útil, pero sí la información que estamos recibiendo de él: es un empleado que se implica. Mantener viva esa implicación depende de la valoración que le demos. Ante las aportaciones siempre debemos mostrar nuestra gratitud.
  6. Evitar que los trabajadores critiquen la labor de sus compañeros y eliminar burlas y rumores de cualquier índole.

    1. Una de las circunstancias que generan peor ambiente, es saber que un compañero está hablando mal y creando dudas respecto a nuestro trabajo o comportamiento. Este hecho creará distracciones, rencores, desmotivación e invariablemente terminará en un conflicto que si no es detenido prontamente, afectará a más miembros del equipo. Cuando esto ocurre, baja el rendimiento del afectado por los rumores y su capacidad para aportar soluciones se paraliza. Si el conflicto finalmente se extiende, se notará una disminución en la productividad general. En estos ambientes no es posible innovar.
  7. Eliminar el secretismo, fomentar la comunicación y compartir información entre departamentos. 

    1. La innovación está directamente relacionada con el conocimiento. Pongamos un ejemplo: suponiendo que una persona quiere diseñar un bolso novedoso, tendrá que conocer las características que deben tener los bolso para ser funcionales, estar al tanto de las tendencias, la historia y materiales adecuados y tener claro el objetivo que pretende que su producto aporte. Es por este motivo que los trabajadores pueden tener más ideas que un departamento de I+D aislado o que los propios directores. Son quienes desarrollan el trabajo a diario, los que conocen los impedimentos que ralentizan el cumplimiento de los objetivos y por tanto, también son quienes ven más claras las soluciones y posibilidades.
    2. El conocimiento compartido, sin secretismos, es el mayor generador de crecimiento e innovación. Contar con todo el equipo no sólo aporta un mayor número de cabezas pensantes, maximiza el conocimiento que llega desde distintas especialidades. El departamento de marketing dará ideas respecto al mercado, producción respecto a las técnicas y materiales, el departamento financiero sobre su viabilidad económica… cada uno de los implicados en el proceso tienen algo que decir para asegurar el éxito. En la empresa tradicional, que no fomenta la innovación, estas valoraciones se hacen por separado y normalmente con grandes restricciones que les impiden salirs del “status quo” y que cierran las puertas a la creatividad. Sus departamentos  deciden individualmente sin tener toda la información.  Una cultura creativa, ha de ser una cultura colaborativa dispuesta a compartir información entre todos los departamentos.

Cuanto más conocimiento tiene toda la plantilla sobre la empresa como entidad, sobre los proyectos, los objetivos, las tareas de los diferentes departamentos, los éxitos, los errores, los productos, etc., más capacidad tendrá para aportar ideas.  Además, ese conocimiento de la empresa contribuye a construir el sentido de pertenencia y por tanto, el deseo de colaborar en el crecimiento de la organización de la que cada integrante se siente parte.

Todas estas acciones en conjunto crearán el entorno creativo indispensable para la innovación. No es tarea fácil, pero se consiguen fomentando buenos hábitos. La buena noticia es que una vez asimiladas, son duraderas. Las ventajas son tan perceptibles, que nadie dará marcha atrás. Una vez creada la cultura creativa, dichas acciones traerán a la organización grandes beneficios en términos económicos, de gestión, productividad y por supuesto de innovación. 

Ten en cuenta los siguientes puntos para poder promover la creatividad con éxito:

  • Forma a tus equipos en creatividad, crea proyectos, equipos y espacios, para promover la innovación. 
  • En tu proceso de transformación un área de comunicación interna o una agencia especializada,  deben realizar un diagnóstico de tu situación actual y un plan estratégico para generar el cambio cultural.
  • Empieza con el cambio y sé ejemplo, forma a todos los líderes, crea proyectos que fomenten la transparencia entre departamentos para que el conocimiento fluya y el talento de todos los trabajadores se aproveche al máximo. Recuerda que la comunicación y colaboración generan dinamismo, cambio y por supuesto innovación.

Conclusiones:

  1. El cambio empieza por la dirección; el CEO ha de tomar la decisión de transformación y facilitar los recursos, para ser una empresa creativa e innovadora y los líderes, deben ser generadores de ese cambio.
  2. La creatividad y la innovación se trabajan. No llegan solas, requieren de una planificación y esfuerzo continuo.
  3. Loa equipos multidisciplinares y el sentimiento de pertenencia promueven ideas, trabajo  y eficiencia, gracias al entusiasmo y la motivación de todos.