Tanto a nivel corporativo como a nivel personal es fundamental tener muy clara la meta hacia la que nos dirigimos.
Cuando los objetivos están fijados todos los esfuerzos se pueden aunar a su logro, creando sinergias y motivación. Por otro lado, cuando se tienen claras las metas es posible desarrollar planes y estrategias así como distribuir los recursos, establecer prioridades y disminuir la incertidumbre.
El acrónimo OKR es una sigla inglesa que se traduce como:
OKR es una sistema formado por un conjunto de elementos, procedimientos y protocolos indispensables para su efectividad.
Establecer objetivos y medirlos es la única forma en la que las empresas pueden mirar hacia el futuro y dejar de llevarnos de nuestra intuición haciendo estimaciones subjetivas de lo que podría pasar y comenzar a pensar en lo que se va a lograr.
Este sistema consiste en la fijación de objetivos anuales y trimestrales y de sus correspondientes resultados clave con el fin de organizar el trabajo de todos los equipos en un periodo determinado.
Este sistema de objetivos prevé un seguimiento periódico del progreso de cada empleado.
Su misión principal es conectar los objetivos individuales de cada empleado con la misión y propósito de la empresa y conseguir resultados cuantificables.
Todo ello con el fin de impulsar la alineación de los equipos con la estrategia del negocio.