Pon color a tu comunicacion interna

Despidos y comunicación interna

Sobre el caso de despido de un amigo. Una reflexión acerca de la importancia de comunicar bien el despido y de implantar un protocolo de despidos.

En los despidos la comunicación interna cobra especial relevancia, debería cuidarse el procedimiento y el protocolo de los despidos. El responsable de comunicación interna como portavoz interno de la empresa debería recibir información de todas las bajas de personal, así como de sus causas.

 

Comunicación interna y despidos

En los despidos la comunicación interna cobra especial relevancia y debería estar presente a partir de unos procedimientos y/o protocolos internos. Lo importante es que la empresa ellabore y facilite directrices claras acerca de cómo actuar ante los diferentes tipos de despidos.

El responsable de comunicación interna como portavoz interno de la empresa debería recibir información de todas las bajas de personal, así como de sus causas, para escuchar y dar la oportunidad de expresarse al trabajador que se marcha y de esta manera gestionar la experiencia del empleado.

Manolo, un trabajador comprometido

A Manolo no lo despidieron a través de una carta por correo, ni a través de una llamada telefónica, pero el procedimiento empleado fue del todo inadecuado. Manolo se siente quemado, no comprende su despido totalmente improcedente.

Manolo fue servicial y puntual

Manolo es un gran amigo, tiene 53 años, dos hijas y una mujer. Durante casi 40 años demostró ser  un empleado puntual y servicial. Nunca tuvo problemas con ninguno de sus jefes debido a su carácter servicial y amable. Solía llegar tarde a su casa debido a que siempre se implicaba con los objetivos de su puesto y con los de su compañía, una conocida cadena de supermercados.

Manolo hizo siempre su trabajo como mejor pudo, demostrando además ser una excelente persona. Se entregaba con entusiasmo y sentido de responsabilidad a su trabajo diario, ya que éste le encantaba. Durante todos los años que estuvo trabajando en esa gran  empresa, su único lugar de trabajo, demostró ser un colaborador puntual, atento, responsable y efectivo.

 Manolo  se comportó como un embajador 

Empezó con 15 años y, gracias a su dedicación, a la formación recibida por parte de la empresa y a su buen hacer, obtuvo importantes asensos y subidas salariales. Manolo llegó a ocupar, sin ninguna titulación académica, un importante puesto directivo.

Siempre tuvo el aprecio y el reconocimiento de todos sus jefes. Durante toda su estancia laboral, transmitió a sus amigos y familiares “orgullo de pertenencia” y lealtad incondicional; cuando hablaba de su empresa siempre lo hacía con cariño, dejándola como la mejor. Era un embajador de su marca, un auténtico prescriptor

Fallos en la comunicación del despido

La forma de despedir a Manolo

Manolo me contó la siguiente historia:

Hace un mes, el jefe de personal lo citó a primera hora de la mañana de un viernes.

Manolo, lo sentimos muchísimo, estás despedido—le dijo

—¿Qué?  ¿¡Qué!?— dijo él. No se lo esperaba.—¿Por qué?

Por una falta disciplinaria.

—¿Qué?—repitió Manolo— ¿Cuándo? ¿Contra quién? -Manolo con la voz entrecortada

Le contaron su versión y, claro, su jefe no estaba presente.

—No es así. ¡Eso es mentira!—insistió Manolo, indignado.

Es así, ahí tienes la carta.

Manolo no se podía creer la noticia que le dieron.  Estaba despedido por abuso de confianza.  En personal, le entregaron una carta muy extensa que justificaba y explicaba legalmente su despido.

Manolo levantó la voz, se sobrepuso y dijo:

—Ni la voy a firmar, ni  tampoco la voy a leer; es todo mentira. Nos vemos en los tribunales— y se marchó con la voz entrecortada.

Un sentimiento de pertenencia herido

Manolo deja atrás en esa cadena de supermercados española recuerdos de más de 38 años: rutina laboral, preocupaciones, desvelos, inquietudes, horas extras no pagadas, una carrera profesional truncada, viajes a diferentes partes del mundo representando a su empresa… Deja compañeros, recuerdos y más recuerdos.

Manolo tiene lazos profesionales y afectivos con su empresa, sentimientos de pertenencia rotos.

Manolo siente rabia, dolor, ingratitud, se siente ignorado, no valorado y, además, pretenden tomarle el pelo con un finiquito que no le corresponde; por todo ello le duele tanto su despido y está dispuesto a denunciar a su empresa, para restablecer su honor.

Explicar mejor que informar

“Claro”, cuenta y comenta Manolo, “si me hubiesen explicado el tema y si hubiesen buscado un acuerdo…”

“Soy una persona sensata, entiendo que en tiempos de crisis, si una empresa va mal de beneficios, quiera eliminar puestos de trabajo, reajustar salarios, despedir gente. Sabía que la empresa iba de mal a peor. Me enteraba por rumores, ya que nunca nos informaban sobre temas económicos, y estas cosas se filtran, todo el personal lo sabía”.

“Sé que la empresa ya no ganaba como antes, sino que perdía dinero. Yo entiendo que por esa razón tengan la necesidad de reducir plantilla, pero ¿porqué yo?”

Decir la verdad: no herir ni mentir 

“La mentira y la calumnia es lo que más me duele. Además, me duele cómo se han deshecho de mi. Mi jefe me podía haber preparado y hablado a solas conmigo, pero ni eso”.

“En lugar de buscar un acuerdo, de preguntarme, o bien explicarme qué tienen que recortar para contratar con mi sueldo a dos trabajadores que cuesten menos, o comentarme que la empresa no puede soportar mi sueldo, o que simplemente quieren ahorrar, me dan argumentos que no son ciertos…”

A Manolo lo dejan como un mal empleado, que no ha sabido hacer bien su trabajo. La empresa gestiona de forma equivocada su despido, sin comunicar con claridad, sencillez y veracidad las causas del mismo.

¿Qué pasó con el clima interno?

Sus compañeros se quedan atónitos con el despido, le expresan su solidaridad, se sorprenden. Piensan: “¿Seré yo el siguiente? ¿Qué va a pasar con los que quedamos?”

Conclusión
Los que se quedan, de momento son afortunados. Sin embargo, como ha fallado el protocolo de despidos, la información económica, la comunicación interna.

Los despidos generan mal ambiente, todo empleado que se queda tiene miedo a ser el siguiente. Bajo esa tensión es muy difícil tener una fuerza laboral, con iniciativa, con aportes, de alto rendimiento.

Y tú, ¿qué opinas? Después de un despido injusto e inesperado, ¿crees que los que se quedan pueden trabajar bien y rendir lo esperado? Cuéntanos tu caso.

Dime qué opinas votando en la siguiente encuesta. ¡Muchas gracias!

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0 comentarios en “Despidos y comunicación interna”

  1. El tema tratado es más común de lo imaginado, lo experimenté directamente y a través del tiempo he conocido a muchas personas que pasaron por lo mismo, me llamó mucho la atención la des-humanización del proceso, hoy trabajo en mi proyecto de tesis de magister sobre el tema

    1. Así es Sylvia!! Me parece muy importante analizar y estudiar a fondo este tema. Felicitaciones de antemano!!

      La comunicación con el despedido es muy importante, creo que es importante darle tiempo a que el empleado asuma su nueva situación y no sorprenderlo. Igualmente es necesario que tenga una conversación con su jefe directo y la empresa debe permitirle por lo menos, que siga un mes antes del despido para darle tiempo a qué se ubique y haga alguna gestión de búsqueda con las debidas referencias.

      Saludos Sylvia y gracias por tu comentario.

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